La inflamación es una reacción de defensa natural del organismo ante amenazas agudas, como lesiones o inflamaciones. En cuanto se controla la situación, la inflamación remite.
Sin embargo, a diferencia de la inflamación aguda, también existe la inflamación crónica: La inflamación de fondo que persiste durante muchos años. Dañan todo el organismo y aumentan el riesgo de enfermedades de la civilización moderna, como las cardiovasculares, las autoinmunes, la diabetes y el cáncer. Se calcula que 3 de cada 5 muertes son atribuibles a las consecuencias de las enfermedades inflamatorias crónicas.[1]
Los nutrientes esenciales y los fitoquímicos pueden ayudar a contrarrestar la inflamación crónica.
El té verde
El té verde es muy rico en el antioxidante galato de epigalocatequina (EGCG). También se dice que el EGCG tiene un efecto antiinflamatorio. Los estudios sugieren que la EGCG podría reducir los marcadores de inflamación PCR e IL-6.[2]
Hojas de olivo
El olivo ha sido utilizado por los humanos durante varios miles de años. Las hojas de olivo se han valorado durante mucho tiempo como remedio en la medicina tradicional. Las hojas de olivo contienen el antioxidante oleuropina, al que también se atribuyen propiedades antiinflamatorias.[3]
Reishi
El hongo reishi (Ganoderma lucidum) es conocido como el hongo de la inmortalidad y la eterna juventud. Como otros hongos medicinales, es rico en β-glucanos, triterpenos y polifenoles, a los que se atribuyen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.[4]
Chaga
El hongo chaga (Inonotus obliquus) también se conoce como el "elixir de la vida de Laponia". Es rico en triterpenos y lanosteroles, a los que se atribuyen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias muy potentes.[5]
La vitamina C
La vitamina C es un importante antioxidante para el organismo, que ayuda a proteger las células del estrés oxidativo.[6] La vitamina C se encuentra en abundancia en las frutas y verduras frescas. Por desgracia, la vitamina C es muy sensible al calor y los estudios han demostrado que alrededor del 25% de la población no tiene un aporte óptimo de vitamina C.[7]
Magnesio
El magnesio es un mineral esencial que se descuida muy fácilmente en la dieta. Interviene en numerosos procesos metabólicos e investigaciones recientes sugieren que el magnesio también puede ser importante para mantener bajo control la inflamación del organismo.[8]
Conclusión: ¡todo es cuestión de la combinación adecuada!
La naturaleza proporciona numerosas sustancias antioxidantes y antiinflamatorias que se complementan bien.
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[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK493173/
[2] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3768132/
[3] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7703659/
[4] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5372873/
[5] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2225411020309809
[6] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9598715/
[7] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1448351/?adb_sid=9c65c3e0-4188-485d-8be9-17abdc460dd4